
¿Te imaginas una alfombra en tu cocina? Si no la tienes o no te atreves, tenemos algunos consejos y recomendaciones para que te animes. Le dará una onda especial y más acogedora a este espacio tan importante de la casa.
En serio, se puede. Una alfombra en la cocina puede ser el accesorio que este espacio necesitaba para unificar y dar un ambiente más acogedor a uno de los lugares más importantes de nuestra casa. Sobre todo si nuestra cocina tiene un espacio de comedor de diario, son un verdadero aporte.
Acá te dejamos algunas consideraciones para que no te equivoques al elegir la tuya:
Material vs Uso. Este es quizás el punto más importante ¿cómo elegir el tipo de alfombra según el lugar que ocupará? Así que lo primero es decidir dónde irá: si es cercana al sector de comedor de diario podemos jugar más con las texturas y apostar por una de algodón lavable o una de fibras naturales, ya que se pueden limpiar fácilmente. Pero para un lugar de alto tráfico o cercano al lavaplatos, lo mejor es optar por una vinílica que se pueda limpiar y secar sin problemas.
Genera calidez y unifica los espacios. Muchas veces nuestra cocina, a pesar de su naturaleza, es un espacio frío sin mucha calidez. Una alfombra es capaz de lograr dar esa unidad necesaria para crear una armonía entre los elementos de decoración. Una alfombra de fibras naturales, si lo que queremos es aportar calidez, es la materialidad ideal.
Atrapa la “suciedad” del exterior. En general las cocinas son pisos cerámicos y si tenemos acceso directo a los espacios exteriores de nuestra casa seguramente estamos limpiando constantemente porque es muy fácil que sea suciedad transite desde afuera. Una alfombra- idealmente lavable o vinílica- es una buena alternativa para crear una barrera de polvo.
Limites para espacios amplios. Si tienes la suerte de tener una cocina XL, seguro que necesitas una alfombra para delimitar espacios y dar un marco visual sobre todo si es un plano abierto. Además de práctico, le dará una mayor coherencia a los elementos.
Jugar en la cocina. Al ser un espacio más “privado” podemos darnos el lujo de jugar más con colores, texturas y diseños. Una cocina en colores neutros perfectamente puede acomodar una alfombra con un diseño de mándala como nuestra Alfombra Maku o una redonda de gran tamaño. Lo importante: debe sumar diseño, pero de una manera funcional.